Canelo Álvarez y la deuda pendiente del nocaut que la afición aún espera

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La última vez que el mexicano ganó antes de la decisión fue en el ya lejano 2021 ante Caleb Plant

Canelo sigue quedando a deber el nocaut | REUTERS/Hamad I Mohammed

Saúl ‘Canelo’ Álvarez sigue siendo uno de los nombres más poderosos en el boxeo mundial, con una carrera repleta de títulos, victorias y récords que lo posicionan como una leyenda viviente del cuadrilátero. Sin embargo, hay una sombra que se extiende sobre su legado reciente: la ausencia de un nocaut desde noviembre de 2021, una estadística que ha comenzado a incomodar incluso a sus seguidores más fieles.

La última vez que el mexicano consiguió una victoria por la vía rápida fue ante Caleb Plant el 6 de noviembre de 2021. Aquel combate en Las Vegas no solo le dio la victoria por nocaut en el undécimo asalto, sino que lo coronó como campeón indiscutido del peso supermediano, un hito histórico para el pugilismo latinoamericano. Desde entonces, ha subido al ring en varias ocasiones, pero todas sus victorias posteriores han llegado por decisión.

Su más reciente triunfo, este 3 de mayo de 2025 en Riad, Arabia Saudita, frente al cubano William Scull, fue una cátedra de control y dominio técnico. Canelo volvió a dejar claro por qué está en la cima, recuperando el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y reafirmando su estatus como campeón indiscutido. No obstante, la ausencia de emoción en forma de nocaut ha dejado a muchos con un sabor agridulce.

La crítica no ha tardado en señalar que, aunque Canelo continúa ganando, su estilo se ha vuelto más conservador, más táctico y menos explosivo. Sus peleas más recientes han sido más clínicas que espectaculares, lo que para los puristas del boxeo puede ser un deleite, pero para el gran público, ese que llena estadios y compra transmisiones, la falta de nocauts ha restado brillo a sus presentaciones.

Con un récord impresionante de 63 victorias, 39 de ellas por nocaut, Canelo ha demostrado durante años su capacidad para definir peleas con contundencia. Pero el paso del tiempo, la estrategia y quizás el temor a perder el invicto reciente han transformado su forma de combatir. A pesar de sus logros, la afición sigue esperando una actuación que les haga levantarse de sus asientos por un final explosivo.

Esa espera se ha convertido en una deuda emocional con la afición, especialmente con aquellos que crecieron viendo al Canelo noquear rivales con furia e inteligencia. El boxeo, al final, es espectáculo tanto como es deporte, y el nocaut sigue siendo su expresión más visceral. La ausencia de ese clímax lleva a preguntarse si veremos nuevamente al Álvarez arrollador o si su era ha entrado en una fase más calculadora.

Por ahora, Canelo continúa sumando triunfos y defendiendo su legado, pero sabe bien que parte de su conexión con el público se forjó a base de nocauts memorables. Quizá la pregunta ya no es si puede ganar, sino si aún puede emocionar. Y es ahí donde yace la verdadera deuda con su gente.

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